Este año ha sido todo, menos un año común. Hemos tenido que sortear las dificultades que nos trajo la pandemia, entre éstas, quebrantos en todos las dimensiones de nuestras vidas. En ese escenario, el ciclismo ha sido nuestro escape, la cura, el psicólogo, tanto, que nos ha permitido crear una comunidad entorno al deporte. Sin darnos cuenta, nuestro mundo se agrandó a medida que fuimos conociendo nuevas personas.